lunes, 19 de noviembre de 2012

DEL FRACASO AL ODIO.





Con la aparición de ·EL PADRE DE GARDEL" publicado por "PROA EDICIONES" se desmoronó la última esperanza en un Gardel uruguayo y toda la Legión de Tacuarembó cerró filas, a regañadientes, con François Lasserre presunto sobrino nieto del Gran Cantor. Se pretendía un hipotético examen de ADN, que por ahora duerme el Sueño de los Justos


Resignados y a décadas del fracasado Relato de su orientalidad, fogoneado desde el Turismo, comenzaron a extender la fábula "descubriendo" expedientes donde, según ellos, se puede inferir un Gardel "ESTAFADOR PROFESIONAL" que difundieron a la Prensa y Medios a cargo de una desprestigiada opinóloga.

En síntesis, lo más sustancioso "descubierto" es la conocida Identidad fraguada de Carlos Gardel que gestionó en la Provincia de Buenos Aires, como argentino nativo en 1915, que se adelanta, relativiza y tira al traste con la comedia de su natalidad oriental.


No obstante, en su impotencia y sin pruebas documentales, proclaman, con la mayor saña "su detención en varias oportunidades" difundidas por la Agencia AFP , "LA NACIÓN" y "EL PAIS" de España

Pero esto trae a la superficie un subyante odio y resentimiento hacia una figura de la que no pudieron apropiarse. Solamente la maledicencia y el resentimiento hacia la huidiza imagen, como oriental, desató semejante campaña como delincuente.

Sin embargo obra en poder del Centro de Estudios Gardelianos el Prontuario Nº 35 de enero de 1913, cuyas copias ofrecemos donde hasta 1913 no aparecen actuaciones delictivas concretas y documentadas jurídica o policialmente, o capturas recomendadas.



En 1923, transcurridos diez años, tampoco aparecen razones documentadas de conducta reñidas con accionar al margen de la ley, que le impidan sacar Certificado de Buena Conducta en la Capital.


Hasta hoy no se han aportado Expedientes Judiciales Condenatorios, fehacientemente certificados, salvo infundios de reconocida autoria.



Juan Carlos Esteban